Indigenous people from Otavalo and Cotacachi use native plants to disinfect their communities
By José Luis Rosales
With a compound of eucalyptus, verbena, ruda, marco, izu and uchu jiwa (chili pepper), the 21 communities and neighborhoods of Ilumán parish in Otavalo Canton, are disinfected. It is an alternative to stop the expansion of Covid-19.
In this area, cohabited by indigenous and mestizos, these plants are known for their antibacterial properties, says Luis Fabián Díaz, a member of the parish council.
For this reason, faced with the health emergency that the world is going through, they decided to fumigate all sectors of this town, appealing to ancestral knowledge. They also prepare antiseptic gel, using the plants, for the use of the community members.
As they learned from their parents or grandparents, the plants were collected from the slopes of the Imbabura Volcano. To prepare this disinfectant, all the ingredients are crushed on a grinding stone. In this way, an extract is obtained and water is heated in a wood stove. Díaz explains that once the liquid cools, the plant mixture is added.
In the last three days, they made 9,000 liters, with which they sprayed the streets and public places of this rural parish of Otavalo.
According to Manuel Catucuago, president of the Federation of Indigenous and Campesino Peoples of the Sierra Norte, this practice has been applied in various communities of the four Kichwa towns that this organization encompasses. “What we propose to our colleagues is to use the knowledge of traditional medicine to mitigate this health emergency.”
In the districts of Morocho, Chilcapamba, Italquí and Morales Chupa in the neighboring canton of Cotacachi, a disinfectant was also made with eucalyptus, verbena, rue, marco, izu and uchu jiwa. With this product , the hands and shoes of the community members who leave or enter the villages are cleaned.
Previously, the four councils, which are local authorities, made the decision to restrict the movement of people and vehicles. Only health personnel and food providers can access the area.
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En español
Con un compuesto de eucalipto, verbena, ruda, marco, izu y uchu jiwa (hierba de ají) se desinfectan las 21 comunidades y barrios de la parroquia de Ilumán, en Otavalo, en la provincia de Imbabura. Es una alternativa para frenar la expansión de covid-19.
En esta parcialidad, cohabitada por indígenas y mestizos, a estas plantas se las conoce por sus propiedades antibacteriales, asegura Luis Fabián Díaz, vocal de la junta parroquial.
Por eso, ante la emergencia sanitaria que atraviesa el mundo decidieron fumigar todos los sectores de esta localidad apelando a los conocimientos ancestrales. También preparan gel antiséptico, usando las plantas, para uso de los comuneros.
Tal como aprendieron de sus padres o abuelos, las plantas las recolectaron en las faldas del volcán Imbabura. Para elaborar este desinfectante se trituran todos los ingredientes en una piedra de moler. Así se obtiene un extracto y en un fogón de leña se calienta agua. Díaz explica que una vez que el líquido se enfría se le agrega la mixtura de las matas.
En los últimos tres días elaboraron 9 000 litros de este combinado aromatizante, con los que fumigaron las calles y lugares públicos de esta localidad rural de Otavalo.
Según Manuel Catucuago, presidente de la Federación de Pueblos Indígenas y Campesinos de la Sierra Norte, esta práctica se ha ido aplicando en varias comunidades de los cuatro pueblos kichwa que congrega esta organización. “Lo que proponemos a nuestros compañeros es utilizar los conocimientos de la medicina tradicional para mitigar esta emergencia sanitaria”.
En las parcialidades de Morocho, Chilcapamba, Italquí, Morales Chupa, en el vecino cantón de Cotacachi, también se elaboró un desinfectante con el eucalipto, verbena, ruda, marco, izu y uchu jiwa. Con este producto se limpian las manos y zapatos de los comuneros que salen o ingresan de los poblados.
Previamente, los cuatro cabildos, que son autoridades locales, tomaron la decisión de restringir la circulación de personas y de vehículos. Solo pueden acceder el personal de salud y los proveedores de alimentos.
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Credit: El Comercio